Concepto conocido también como servicios en la nube.

Computación en la nube, Concepto conocido también como servicios en la nube.

Informática en la nube o nube de cómputo, es un paradigma que permite ofrecer servicios de computación alojados en Internet. En otras palabras, se colocan los servidores de infraestructura en un proveedor de internet, estos crean servidores virtuales dentro de un centro de datos y usted podrá tener control total. De esta manera puede montar cualquier tipo de software o servicio en esos servidores. Generalmente esto requiere que su red tenga una conexión de VPN (Red privada virtual) hacia su proveedor para que los servidores sean parte de su red en forma transparente.

Características:

Agilidad: Capacidad de mejora para ofrecer recursos tecnológicos al usuario por parte del proveedor.

Costo: Los proveedores de computación en la nube permiten que los costos se reduzcan. Un modelo de computación en la nube convierte los gastos de capital (costo de tener la propiedad de los servidores en su centro de datos) en gastos de funcionamiento (servicio contratado). Esto reduce barreras de entrada ya que la infraestructura se proporciona por una tercera parte y no tiene que ser adquirida ni se deben realizar tareas informáticas intensivas frecuentes.

Escalabilidad y elasticidad: Aprovisionamiento de recursos sobre una base de autoservicio casi en tiempo real.

Independencia del dispositivo y de la ubicación: Permite que los usuarios accedan a los sistemas utilizando un navegador web, independientemente de su ubicación o del dispositivo que utilice (PC, Smartphone, etc.). La tecnología de virtualización permite compartir servidores y dispositivos de almacenamiento, una mayor utilización y las aplicaciones podrán ser fácilmente migradas de un servidor físico a otro.

Rendimiento: Los sistemas en la nube controlan y optimizan el uso de los recursos de manera automática. Esta característica permite un seguimiento, control, notificación; y aporta transparencia tanto para el consumidor como para el proveedor.

Seguridad: Se ven mejoras en este aspecto debido a la centralización de los datos. La seguridad es mejor que otros sistemas tradicionales debido a que los proveedores son capaces de dedicar recursos a la solución de los problemas de seguridad que muchos clientes no pueden permitirse abordar.

Mantenimiento: Esto se simplifica ya que no necesitan ser instalados en el ordenador de cada usuario y se puede acceder desde diferentes lugares.

Beneficios

Integración probada de servicios de Red: Por su naturaleza, la tecnología de cloud computing se puede integrar con mayor facilidad y rapidez con el resto de las aplicaciones empresariales, (tanto software tradicional como cloud computing basado en infraestructuras) ya sean desarrolladas de manera interna o externa.

Prestación de servicios a nivel mundial: Las infraestructuras de cloud computing proporcionan mayor capacidad de adaptación, recuperación completa de datos (con copias de seguridad) y reducción de los tiempos de inactividad. Una infraestructura 100% cloud computing permite a quien brinde contenidos o servicios prescindir de instalar cualquier tipo de software, ya que éste es dado por el proveedor de la infraestructura o la plataforma en la nube. Un gran beneficio del cloud computing es la simplicidad y el hecho de que requiera mucha menor inversión para comenzar a trabajar.

Implementación más rápida y con menos riesgos: Ya que se comienza a trabajar más rápido y no es necesaria una gran inversión. Las aplicaciones del cloud computing suelen estar disponibles en cuestión de horas o días, incluso con un nivel considerable de personalización o integración.

Actualizaciones automáticas que no afectan a los recursos de TI: Al actualizar las aplicaciones, el usuario se ve obligado a dedicar tiempo y recursos para volver a personalizarla e integrarla. Con esta prestación ya no se requiere cortar los servicios para actualizar, dado que la misma se realiza en paralelo sin cortes.

Uso eficiente de la energía: En los datacenters tradicionales, los servidores consumen mucha más energía de la requerida realmente. En cambio, en las nubes la energía consumida es sólo la necesaria, reduciendo notablemente el desperdicio.